Fue uno de los principales maestros del póker durante tres décadas , llegando a desarrollar una carrera muy longeva, que le hizo ganarse a pulso el apelativo de el 'Gran Viejo'. Entre sus momentos estelares se encuentra el duelo mítico con Nick 'The Greek' Dandalos , que de acuerdo a la leyenda se prolongaría durante cinco meses, aunque con las lógicas paradas.

Falleció en a los 88 años después de toda una vida dedicada a su gran pasión. Doyle Brunson, AKA el ' Dios del póker ' pertenece a la misma generación pionera de Johnny Moss, siendo de hecho también uno de los fundadores de WSOP, cuyos campeonatos ganó en y , el último de ellos con una mano legendaria que lleva su nombre.

Aunque su principal legado para las generaciones venideras fue su obra Super System , en la que volcó toda su sabiduría en el juego, haciendo un auténtico tratado de estrategia , que a día de hoy todavía se considera como la 'biblia del póker'.

Además, fue uno de los impulsores de las partidas en los grandes templos del juego de Las Vegas , y tuvo también una carrera muy longeva que se prolongó durante décadas.

Figuras como la de Johnny Moss y Doyle Brunson inspiraron a jugadores de una generación posterior, entre la que destacaron maestros como Phil Hellmuth , uno de los primeros grandes especialistas en Texas Hold'em , para el que ideó incluso una estrategia propia.

Era capaz de mantener la cabeza fría y leer a sus oponentes de manera magistral, lo que le llevó a ganar las World Series of Poker en , llegando a acumular hasta 15 trofeos en esta competición.

A diferencia de los anteriores, el canadiense Daniel Negreanu es un jugador profesional que está en activo , siendo de hecho uno de los principales referentes del póker actual, tanto por las ganancias acumuladas en premios como por los números títulos WSOP que ostenta.

Además, alumbró una obra de valor incalculable para los aficionados, Poker Texas Hold'em: El poder de la Estrategia , donde ofrece un auténtico tratado sobre cómo jugar a la especialidad de referencia dentro del juego de cartas más famoso del mundo, aportando unas enseñanzas que no pueden ser suplidas por las destrezas de ningún algoritmo por sabio que sea.

No podemos cerrar este repaso a las leyendas del póker pretéritas y más recientes, sin abordar la figura de otro jugador en activo como el californiano Phil Ivey, que prodiga su maestría tanto en partidas físicas como online. Acumula la friolera de 10 títulos WSOP y sus ganancias se cuentan por decenas de millones de euros.

Si bien todavía, no ha legado a la posteridad ningún corpus teórico, no hay que perder la esperanza de que lo haga, pues tan solo cuenta con 46 años. A día de hoy está considerado uno de los mejores jugadores de póker del mundo , aunque pesa sobre él algún episodio controvertido a cuenta del litigio con un casino londinense por la licitud de unas importantes ganancias logradas en una mesa de bacarrá, un juego similar al blackjack.

Junto a estas figuras que ocupan por derecho propio su lugar en el Hall of Fame del póker, podemos destacar a otros ases del juego como Stu Ungar , alias de ' The Kid ', un jugador que ganó en tres ocasiones la WSOP gracias a su depurado talento y capacidad analítica para la lectura de las cartas de sus contrincantes.

O Thomas Austin Preston, más conocido como ' Amarillo Slim ', ganador de las series mundiales en , y creador de la obra Play Poker to Win. También, fuera del mundo del póker es el padre de las prop bets , o apuestas paralelas en las que desbordaba ingenio y astucia.

Como jugador profesional de poker que soy desde hace muchos años, no sé si me convertiré en leyenda en un futuro, pero sí sé que he jugado muchos torneos, tanto en casinos físicos por todo el mundo, como en muchas plataformas de poker online diferentes y para aprender siempre recomiendo este operador, ya que es seguro y está protegido para que el usuario se sienta con total seguridad a la hora de jugar, así como también dispone de un software muy sencillo y multiplataforma para que cómodamente cada uno pueda jugar y aprender desde su ordenador, móvil o tablet hasta convertirse en una leyenda del póker.

En definitiva, el ejemplo y las enseñanzas de los grandes maestros del póker tiene un valor incalculable para las nuevas generaciones de jugadores, al mostrarles lo lejos que se puede llegar cuando se tiene una pasión, y se le dedica tiempo y esmero. Leyendas del póker: sus inspiradoras historias y sus enseñanzas para los jugadores principiantes.

Por Redacción TVP lunes, 27 de noviembre de Leyendas del póker: sus inspiradoras historias y sus enseñanzas para los jugadores principiantes En este post profundizamos en las figuras de los maestros pioneros del juego de cartas más famoso, para adentrarnos en la importancia de su legado, y cómo este puede inspirar a los millones de aficionados que disfrutan del póker a día de hoy en todo el mundo.

Combina su juego en torneos presenciales como online , logró 10 títulos de la WSOP y es considerado por muchos como el mejor de todos los tiempos. Su fortuna asciende a más de USD 30 millones.

Además de formar parte de este selecto grupo, su popularidad también tiene que ver con el hecho de haber sido uno de los primeros jugadores en hacer famoso al póker en los casinos de Las Vegas.

Por otra parte, fue uno de los fundadores de la WSOP en , competencia en la que consiguió diez pulseras y dos títulos del evento principal.

Su momento de gloria fue el final de la década de y comienzos de la de , lapso de tiempo en el que ganó muchos títulos. En total son ocho brazaletes de la WSOP y más de USD 37 millones en premios lo que cosechó en sus treinta años de carrera.

El Póker es uno de los juegos de cartas más famosos de la historia. Actualizado el 7 de Noviembre de Whatsapp Facebook Twitter Linkedin e-Mail Comentarios Compartir.

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4 - Doyle Brunson 5 - Erik Seidel Los 10 mejores jugadores de póker del mundo · Doyle Brunson · Justin Bonomo · Amarillo Slim · John Juanda · Johnny Chan · Phil Ivey · Erik

Leyendas del póker mundial - 3 - Phil Ivey 4 - Doyle Brunson 5 - Erik Seidel Los 10 mejores jugadores de póker del mundo · Doyle Brunson · Justin Bonomo · Amarillo Slim · John Juanda · Johnny Chan · Phil Ivey · Erik

Pero la familia política, alimentando disputas añejas, le contó la verdad a la madre. El señor Ungar había muerto, desnudo, en los brazos de su amante, una joven que vivía a pocos edificios de ellos. Algunos hampones lo vistieron y lo dejaro ndetnro del auto para evitarle inconvenientes a la dama.

A los pocos meses, la madre tuvo un accidente cardiovascular y quedó imposibilitada de mover la mitad de su cuerpo.

Stu se encargaría de mantener a su madre y a su hermana con su mayor talento: la habilidad para jugar a las cartas. Apenas entrado en la adolescencia, fue derrotando a todos los jugadores de gin de la ciudad un juego en el que se reparten 10 cartas y hay que formar tres juegos de 3 y 4 naipes integrando piernas o escaleras.

Ganaba buen dinero. Pero cada uno de esos pozos los arriesgaba en las carreras de caballos. Muchas veces, buscando una trifecta imposible, perdía todo. Fue apadrinado por Victor Romano, un mafioso que le daba protección. Romano había pasado muchos años en la cárcel. Allí había aprendido todas las palabras del diccionario y sus significados.

Esa era su gracia principal. También era un gran jugador de bridge y de gin. Reconoció de inmediato la habilidad de Stu y se convirtió en su capitalista y protector. Si el gin era su juego favorito, también aprendió otros y se destacó en ellos: Klaberjass, Ziganet, Pinochle y el Hearts.

No se dedicó al bridge pese a que Romano le insistía porque en ese ámbito no había dinero. Cualquier juego de cartas en el que se apostara era útil para ganar plata. Los aprendía con pasmosa facilidad y en pocas partidas superaba a los que lo practicaban hacía décadas.

Su cerebro parecía formateado para entender la lógica de cada uno y dominarlo. Los rivales cuando veían aparecer a ese chico joven en esos años parecía de menos edad de la que tenía , con esa cara algo graciosa, su corta estatura y la extrema delgadez creían que se trataba de una broma.

Como Romano lo enviaba a las partidas con un guardaespaldas, siempre suponían que su rival era el matón. La cumbre de Stu como jugador de gin fue su enfrentamiento contra Henry Stein, conocido como Yonkie. Era una leyenda de la ciudad. Lo creían invencible.

Stein sufrió la paliza de su vida. Perdió 27 partidos consecutivos 81 manos seguidas y una pequeña fortuna. Ungar retiró para siempre a Yonkie. Nunca más se lo vio sentarse en una mesa de gin. Pero esa gran victoria significó el ocaso de Stu en Nueva York.

Ahuyentó a todos los posibles rivales. Nadie quería enfrentarlo. Además de saber jugar, los grandes tahúres sabían disimular, hacer caer en la trampa a sus oponentes.

Los tahúres Hustlers a veces se dejaban ganar, para que los pozos fueran más grandes, para que el otro se confiara, para engañar incautos y sacar mayor ganancia. Stu no perdía nunca. Alguna vez alguien le propuso que se dejara ganar al gin, que apostarían en su contra y se harían millonarios: un negocio perfecto.

Stu Ungar no aceptó la propuesta, no porque le pareciera inmoral estafar a la banca sino porque lo inmoral era afectar su propia reputación como jugador invencible: ese era su mayor orgullo, su logro irreprochable y no iba a permitir que nadie lo horadara, ni siquiera su propia pulsión autodestructiva.

Algunos dicen que el gin rummy era el juego ideal para él por dos motivos. Porque el azar interviene poco y el jugador de mayor talento puede controlar la partida: no sólo hay que armar sus piernas y escaleras sino impedir que el otro las consiga.

El otro motivo era, tal vez, el más relevante: se juegan todas las manos, no hay que esperar, no se necesita ser paciente. En ese tiempo también empezaron sus problemas con las drogas y con las apuestas compulsivas.

Las deudas se fueron acumulando y ya no alcanzó la protección de Romano. Debió buscar un nuevo destino. Llegó a Las Vegas para jugar gin. En realidad llegó fugándose de Nueva York. Tenía deudas y lo perseguían algunos mafiosos.

Ahí ya no encontraba rivales. Nadie quería jugar con él. En los últimos meses ofrecía hándicaps ridículos para que alguien se animara a enfrentarlo. Pero sin importar la ventaja que tomaran, caían derrotados y, para peor, eran maltratados y humillados por la soberbia de Stu.

A las pocas semanas vio una posibilidad en el Texas Hold Em. Él abonaba la leyenda de que el primer torneo que jugó fue la Serie Mundial de , la primera que ganó. Pero hay al menos un registro de que se anotó en otro unos días antes y quedó eliminado muy pronto.

Doyle Brunson , otro personaje mítico de ese mundo reconocido por su sombrero de cowboy y fallecido hace un par de semanas contó que nunca en toda su carrera vio a otro jugador ir aprendiendo y progresando en su juego a lo largo de un torneo como Ungar en esa primera Serie Mundial.

Su último obstáculo fue Brunson, al que derrotó con facilidad. Por ese torneo ganó más de Al año siguiente regresó. Y volvió a triunfar. Uno de los pocos en hacerlo en años consecutivos. Era de la escuela de Carlos Monzón. Le quería arrancar la cabeza al rival.

Los odiaba. No había piedad ni compasión. Buscaba detalles, muecas, pequeños tics, alguna prenda de mal gusto para justificar su desprecio.

Lo que no fallaba nunca: la sonrisa algo arrogante y segura que se les fijaba cuando ganaban algún pozo importante, el brillo en la mirada tras una victoria efímera. Ahí encontraba su móvil homicida. Se prometía a sí mismo y por lo general cumplía masacrarlos por su pecado de soberbia, por haber osado pensar que podían derrotarlos.

Anhelaba quedarse con todas sus fichas y verlos alejarse de la mesa con lágrimas en los ojos. Los molestaba, se mofaba de sus malas jugadas, a los gritos revelaba las cartas que tenían en la mano. Se habla de la cara de póker, la que no da señales, la que carece de gestos, en la que cada músculo está controladamente inmóvil para no delatarse, para que las emociones no se expresen.

La de Stu se fue deformando con el paso del tiempo y sus adicciones. Las fosas nasales estaban deshechas, la nariz adquirió la forma de una caricatura, la boca enorme, que en su juventud se parecía a la de un tiburón, terminó en una mueca del Guasón pero sin maquillaje, como si hubiera sido trazada por un dibujante con mal pulso.

Los anteojos tornasolados trataban de ocultar el deterioro. Aunque algunos hicieron correr el rumor de que esos lentes le permitían ver las marcas que tenían las cartas. Un mito que recorrió las mesas de póker durante décadas.

Porque, para muchos, era inconcebible que Stu Ungar siempre supiera qué cartas tenían los rivales en la mano. Ese era su gran don, el súper poder: descubrir el juego ajeno, leer cada señal a una velocidad ultra sónica y nunca malinterpretarlas. Era un cazador voraz. Los oponentes sentían como si jugaran con las cartas dadas vuelta.

Él siempre sabía qué tenía el rival. Cada pequeño gesto era un dato para Stu. Timbas bravas en las que por cierto Moss se curtió, depurando un arte que luego desplegaría en los mejores casinos de Las Vegas y en campeonatos como el WSOP. Fue uno de los principales maestros del póker durante tres décadas , llegando a desarrollar una carrera muy longeva, que le hizo ganarse a pulso el apelativo de el 'Gran Viejo'.

Entre sus momentos estelares se encuentra el duelo mítico con Nick 'The Greek' Dandalos , que de acuerdo a la leyenda se prolongaría durante cinco meses, aunque con las lógicas paradas. Falleció en a los 88 años después de toda una vida dedicada a su gran pasión.

Doyle Brunson, AKA el ' Dios del póker ' pertenece a la misma generación pionera de Johnny Moss, siendo de hecho también uno de los fundadores de WSOP, cuyos campeonatos ganó en y , el último de ellos con una mano legendaria que lleva su nombre.

Aunque su principal legado para las generaciones venideras fue su obra Super System , en la que volcó toda su sabiduría en el juego, haciendo un auténtico tratado de estrategia , que a día de hoy todavía se considera como la 'biblia del póker'.

Además, fue uno de los impulsores de las partidas en los grandes templos del juego de Las Vegas , y tuvo también una carrera muy longeva que se prolongó durante décadas. Figuras como la de Johnny Moss y Doyle Brunson inspiraron a jugadores de una generación posterior, entre la que destacaron maestros como Phil Hellmuth , uno de los primeros grandes especialistas en Texas Hold'em , para el que ideó incluso una estrategia propia.

Era capaz de mantener la cabeza fría y leer a sus oponentes de manera magistral, lo que le llevó a ganar las World Series of Poker en , llegando a acumular hasta 15 trofeos en esta competición. A diferencia de los anteriores, el canadiense Daniel Negreanu es un jugador profesional que está en activo , siendo de hecho uno de los principales referentes del póker actual, tanto por las ganancias acumuladas en premios como por los números títulos WSOP que ostenta.

Además, alumbró una obra de valor incalculable para los aficionados, Poker Texas Hold'em: El poder de la Estrategia , donde ofrece un auténtico tratado sobre cómo jugar a la especialidad de referencia dentro del juego de cartas más famoso del mundo, aportando unas enseñanzas que no pueden ser suplidas por las destrezas de ningún algoritmo por sabio que sea.

No podemos cerrar este repaso a las leyendas del póker pretéritas y más recientes, sin abordar la figura de otro jugador en activo como el californiano Phil Ivey, que prodiga su maestría tanto en partidas físicas como online. Acumula la friolera de 10 títulos WSOP y sus ganancias se cuentan por decenas de millones de euros.

Si bien todavía, no ha legado a la posteridad ningún corpus teórico, no hay que perder la esperanza de que lo haga, pues tan solo cuenta con 46 años.

Ivey, en su tiempo, era imbatible jugando en vivo quien se sentara a la mesa contra él estaba obligado a darle una parte de su bankroll. La leyenda del poker que falleció en septiembre pasado quiso mostrar con esta frase el tema de la agresión, condición fundamental para ser jugadores de poker de éxito a largo plazo.

Algunos se han convertido en profesionales, claro, ¡pero muchos han perdido el rumbo creyéndose buenos!

CodigoPoker te brinda la mejor información minuto a minuto en tu social media. Síguenos en X , Facebook , Instagram , Youtube o Twitch. Poco a poco se va acercando la fecha de inicio del WPT Voyage y además de los eventos tradicionales habrá mucho entretenimiento.

El poker llega al teatro de la mano de Santiago González, escritor y director de «este drama que explora las complejidades de la relación entre el destino, la suerte y la habilidad, tanto en el mundo del poker como en la vida misma».

Te presentamos un listado, teniendo en cuenta el patrimonio neto -no es la lista de ganancias- del Top 10 de los millonarios del poker. El famoso boxeador que tanto se sube a los rings como se sienta a las mesas de cash en Las Vegas, tendría un rojo considerable por deudas con las cartas.

Leyendas del póker mundial - 3 - Phil Ivey 4 - Doyle Brunson 5 - Erik Seidel Los 10 mejores jugadores de póker del mundo · Doyle Brunson · Justin Bonomo · Amarillo Slim · John Juanda · Johnny Chan · Phil Ivey · Erik

Allí había aprendido todas las palabras del diccionario y sus significados. Esa era su gracia principal. También era un gran jugador de bridge y de gin. Reconoció de inmediato la habilidad de Stu y se convirtió en su capitalista y protector. Si el gin era su juego favorito, también aprendió otros y se destacó en ellos: Klaberjass, Ziganet, Pinochle y el Hearts.

No se dedicó al bridge pese a que Romano le insistía porque en ese ámbito no había dinero. Cualquier juego de cartas en el que se apostara era útil para ganar plata. Los aprendía con pasmosa facilidad y en pocas partidas superaba a los que lo practicaban hacía décadas.

Su cerebro parecía formateado para entender la lógica de cada uno y dominarlo. Los rivales cuando veían aparecer a ese chico joven en esos años parecía de menos edad de la que tenía , con esa cara algo graciosa, su corta estatura y la extrema delgadez creían que se trataba de una broma.

Como Romano lo enviaba a las partidas con un guardaespaldas, siempre suponían que su rival era el matón. La cumbre de Stu como jugador de gin fue su enfrentamiento contra Henry Stein, conocido como Yonkie. Era una leyenda de la ciudad. Lo creían invencible.

Stein sufrió la paliza de su vida. Perdió 27 partidos consecutivos 81 manos seguidas y una pequeña fortuna. Ungar retiró para siempre a Yonkie. Nunca más se lo vio sentarse en una mesa de gin. Pero esa gran victoria significó el ocaso de Stu en Nueva York.

Ahuyentó a todos los posibles rivales. Nadie quería enfrentarlo. Además de saber jugar, los grandes tahúres sabían disimular, hacer caer en la trampa a sus oponentes. Los tahúres Hustlers a veces se dejaban ganar, para que los pozos fueran más grandes, para que el otro se confiara, para engañar incautos y sacar mayor ganancia.

Stu no perdía nunca. Alguna vez alguien le propuso que se dejara ganar al gin, que apostarían en su contra y se harían millonarios: un negocio perfecto. Stu Ungar no aceptó la propuesta, no porque le pareciera inmoral estafar a la banca sino porque lo inmoral era afectar su propia reputación como jugador invencible: ese era su mayor orgullo, su logro irreprochable y no iba a permitir que nadie lo horadara, ni siquiera su propia pulsión autodestructiva.

Algunos dicen que el gin rummy era el juego ideal para él por dos motivos. Porque el azar interviene poco y el jugador de mayor talento puede controlar la partida: no sólo hay que armar sus piernas y escaleras sino impedir que el otro las consiga.

El otro motivo era, tal vez, el más relevante: se juegan todas las manos, no hay que esperar, no se necesita ser paciente. En ese tiempo también empezaron sus problemas con las drogas y con las apuestas compulsivas. Las deudas se fueron acumulando y ya no alcanzó la protección de Romano.

Debió buscar un nuevo destino. Llegó a Las Vegas para jugar gin. En realidad llegó fugándose de Nueva York. Tenía deudas y lo perseguían algunos mafiosos. Ahí ya no encontraba rivales. Nadie quería jugar con él. En los últimos meses ofrecía hándicaps ridículos para que alguien se animara a enfrentarlo.

Pero sin importar la ventaja que tomaran, caían derrotados y, para peor, eran maltratados y humillados por la soberbia de Stu. A las pocas semanas vio una posibilidad en el Texas Hold Em. Él abonaba la leyenda de que el primer torneo que jugó fue la Serie Mundial de , la primera que ganó.

Pero hay al menos un registro de que se anotó en otro unos días antes y quedó eliminado muy pronto. Doyle Brunson , otro personaje mítico de ese mundo reconocido por su sombrero de cowboy y fallecido hace un par de semanas contó que nunca en toda su carrera vio a otro jugador ir aprendiendo y progresando en su juego a lo largo de un torneo como Ungar en esa primera Serie Mundial.

Su último obstáculo fue Brunson, al que derrotó con facilidad. Por ese torneo ganó más de Al año siguiente regresó. Y volvió a triunfar. Uno de los pocos en hacerlo en años consecutivos. Era de la escuela de Carlos Monzón. Le quería arrancar la cabeza al rival.

Los odiaba. No había piedad ni compasión. Buscaba detalles, muecas, pequeños tics, alguna prenda de mal gusto para justificar su desprecio.

Lo que no fallaba nunca: la sonrisa algo arrogante y segura que se les fijaba cuando ganaban algún pozo importante, el brillo en la mirada tras una victoria efímera.

Ahí encontraba su móvil homicida. Se prometía a sí mismo y por lo general cumplía masacrarlos por su pecado de soberbia, por haber osado pensar que podían derrotarlos. Anhelaba quedarse con todas sus fichas y verlos alejarse de la mesa con lágrimas en los ojos.

Los molestaba, se mofaba de sus malas jugadas, a los gritos revelaba las cartas que tenían en la mano. Se habla de la cara de póker, la que no da señales, la que carece de gestos, en la que cada músculo está controladamente inmóvil para no delatarse, para que las emociones no se expresen.

La de Stu se fue deformando con el paso del tiempo y sus adicciones. Las fosas nasales estaban deshechas, la nariz adquirió la forma de una caricatura, la boca enorme, que en su juventud se parecía a la de un tiburón, terminó en una mueca del Guasón pero sin maquillaje, como si hubiera sido trazada por un dibujante con mal pulso.

Los anteojos tornasolados trataban de ocultar el deterioro. Aunque algunos hicieron correr el rumor de que esos lentes le permitían ver las marcas que tenían las cartas.

Un mito que recorrió las mesas de póker durante décadas. Porque, para muchos, era inconcebible que Stu Ungar siempre supiera qué cartas tenían los rivales en la mano. Ese era su gran don, el súper poder: descubrir el juego ajeno, leer cada señal a una velocidad ultra sónica y nunca malinterpretarlas.

Era un cazador voraz. Los oponentes sentían como si jugaran con las cartas dadas vuelta. Él siempre sabía qué tenía el rival. Cada pequeño gesto era un dato para Stu. Cuando entraba a una sala provocaba murmullos.

Se sabía que habría acción. Su estilo era kamikaze, algo bonzo. Atacaba, presionaba. Jugaba todas las manos posibles.

Se ensañaba con las debilidades de sus rivales. Cuando él estaba sentado, a la mesa la envolvía un halo de peligro. En la Serie Mundial de , no se lo veía bien. Ya había empezado a usar esos anteojos redondos, azules, espejados, que apenas cubrían sus ojos, porque los apoyaba en la punta de la nariz para tapar como su cara se iba convirtiendo en una máscara estrangulada por la cocaína.

Tuvo un comienzo con vaivenes pero a medida que pasaban las horas él mejoraba: todo era una cuestión de ritmo. Al día siguiente la secuencia fue parecida. Un inicio aletargado, resacoso y luego una topadora, que arrasa sin clemencia.

Elimina rivales serialmente. Al terminar el día, el penúltimo de juego, Ungar es chipleader , el que más dinero tiene. Parece que va a ganar su tercer título.

Pero la última jornada empieza sin él en las mesas. Lo llaman y no responde. Fuerzan la puerta de su habitación. Está tirado boca abajo, en calzoncillos e inconsciente. Lo llevan de urgencia al hospital. Mientras tanto, en las mesas, sigue el Campeonato Mundial.

Ponen sus fichas y el croupier le va quitando las apuestas obligadas. Era tanto lo que había acumulado hasta ese momento, que sin jugar ni una mano, le bastó para llegar a la mesa final, entrar noveno y llevarse más de El que ganó ese año fue Mansur Matloubi.

Stu Ungar para demostrarle que sólo se había quedado con la pulsera porque él estaba en terapia intensiva, lo desafió a jugar un mano a mano. Cada uno debía apostar En una de las primeras manos, Matloubi intentó un bluff.

Fue All In. Ungar no tenía juego, ni siquiera un par bajo. Su carta más alta era un No tardó más de un segundo en tomar la decisión. El otro, efectivamente, tenía un 4 y un 5. Stu Ungar se quedó con los La caída ya había empezado.

No importó que se hubiera casado, que hubiera tenido una hija o que hubiera adoptado al hijo de su esposa. El juego lo arrastraba, absorbía sus energías y su dinero. Los casinos le prohibieron jugar black Jack. Con su memoria fotográfica contar cartas era una tontería para él. Jugaba en las mesas de póker más importantes, sin interesar si tenía o no dinero.

Siempre alguien ponía el dinero. Hizo las apuestas más ridículas. Perdió 5. El resto del dinero se fue en dealers, autos carísimos Jaguars, Mercedes y hasta alguna Ferrari que chocaba o dejaba abandonados, mujeres que lo olvidaban con facilidad.

A veces parecía que se empeñaba en perder su dinero , sólo para tener que volver a enfocarse en el póker, para demostrar una vez más que era el mejor. Para él las fichas no eran plata, sólo redondeles de plástica que le permitían desplegar su miedo, imponerse en su lugar en el mundo: el tapete verde.

Después de siete años de ausencia, en volvió al Evento Principal de la Serie Mundial. Mal vestido, las uñas largas y sucias, sin afeitar, hasta despedía mal olor en su caminar errático entre las mesas, los trazos de la adicción tatuados en la cara.

Ya nadie confiaba en él. Estuvo casi una semana buscando a alguien que le pagara la inscripción de Lo encontró a último momento.

Fue Bill Baxter, un antiguo enemigo. Stu Ungar fue el último en inscribirse en el torneo, sobre el límite del vencimiento del plazo. Johnny Moss, primer ganador de un 'Main Event' WSOP. De hecho, Moss fue el primer ganador del Evento Principal de las WSOP , algo que repetiría al año siguiente y en , convirtiéndose en el jugador más veterano 66 años en conseguirlo.

Además, Stu Ungar y él han sido, hasta el momento, los únicos en conseguir 3 brazaletes del Main Event de las WSOP. A lo largo de su carrera, Moss consiguió un total de 9 brazaletes de las World Series of Poker, una marca igualada recientemente por Phil Ivey, y sólo superada por Doley Brunson, Johnny Chan 10 y Phill Hellmuth, con Chip Reese, el mejor jugador de 'cash' de la historia.

Chip Reese es considerado uno de los mejores jugadores de cash de la historia. En su primer torneo disputado en Las Vegas, camino de la Facultad de Derecho de Stanford , ya ganó La carrera universitaria, lógicamente, quedó aparcada desde entonces.

Ganador de 3 brazaletes de las WSOP , en ganó el H. E World Championship, con el mayor buy-in y el heads-up más largo de la historia : más de 7 horas y manos jugadas.

Murió en a los 56 años, víctima de una neumonía. Phill Hellmuth y sus 13 brazaletes de las WSOP. Phill Hellmuth es el jugador que más brazaletes 13 ha conseguido en la historia de las WSOP.

Pero si por algo es conocido Hellmuth es por su colección de brazaletes de las WSOP: posee más que nadie en el mundo El primero de ellos lo consiguió en , y fue a lo grande: ganando a Johnny Chan, vencedor en y , en la final del Evento Principal de las WSOP , y convirtiéndose en el jugador más joven 24 años en conseguir tan preciado brazalete.

A pesar de ser un jugador relativamente joven 49 años , y mantenerse aún en activo, entró en el selecto Poker Hall of Fame en Johnny Chan, el jugador que pudo ganar un anillo de la NBA.

Dos brazaletes que pudieron ser tres, pero perdió la final de ante Phill Hellmuth. Esta derrota no le permitió conseguir el anillo de campeón de la NBA que Jerry Buss , el recientemente fallecido ex propietario de los L.

Lakers y un declarado apasionado del póker, le había prometido si conseguía encadenar tres brazaletes de forma consecutiva. Miembro del selecto Poker Hall of Fame desde , en se convirtió en el primer jugador en ganar 10 eventos de las WSOP , una marca después igualada por Doyle Brunson y superada por el ya mencionado Hellmuth.

Cloutier, el jugador de póker más versátil de la historia. Cloutier es el único jugador de la historia en ganar torneos en cuatro clases de póker. A pesar de no conseguir ganar ningún Evento Principal de las World Series Of Poker, quedó en 2ª posición en las ediciones de y , y su palmarés es excepcional: más de 50 torneos en premios , 39 mesas finales en eventos de las WSOP y 'mejor jugador de póker del año' en y Además, todos estos logros le han servido para ser uno de los 5 jugadores que más dinero ha ganado de todos los tiempos y ser miembro del Poker Hall of Fame desde Daniel Negreanu, la estrella más brillante del siglo s.

Daniel Negreanu, uno de los mejores jugadores de póker de la última década. Este canadiense de 38 años tiene en su haber 5 brazaletes de las WSOP ninguno en el Main Event , 2 títulos del World Poker Tour y una mesa final del Europen Poker Tour.

Redactor web. Al minuto. Por esto le comparan con Michael Jordan: ¡qué salvajada de mate de Anthony Edwards! El coche de dibujos animados de Doncic de un millón. Prohibido jugar al fútbol: la NBA castiga a este jugador por su despeje.

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